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De Camino: Senior Projects on the Camino de Santiago Pilgrimage

For their Senior Projects, Sam Jaffe and Gavin Randolph chronicled their pilgrimage on the Camino de Santiago in verse and film. 

 

Senior Project: Sam Jaffe “El Camino de Santiago: A Journey to the End of the World”

 


 

Gavin Randolph: “Five Poems of the El Camino”

 

I.

Monolinguë

La tierra se despierta

con el viento y la lluvia,

y los pájaros toman y

toman y desbordan

con la melodía, fracturando,

derramando fragmentos pequeños

en la canción. Este lenguaje

es habla también

por los peregrinos compañeros—dejos

y gritos guturales al mundo,

a los pájaros, a los demás.

Simplemente los guardo,

tomar los sonidos bonitos,

y darles sentido más tarde.

 

II.

Paseo Nocturno

Sostienes una piedra en tu mano derecha,

por si algo se acerca a ti.

La niebla espesa tu imaginación,

se alimenta de tu sudor,

y la oscuridad se hunde en tus ojos

como agua fría.

Pones música–esperas que el pop alegre

pueda superar al viento que se lamenta,

las ramas que se rompen, el sonido

de un corazón disperso–y el mundo

presiona lentamente hacia adentro, remacha

ganchos en tu sangre hasta que el entumecimiento

se instala, llevándose el miedo y la fantasía.

El mundo se ve diferente–la oscuridad

elimina los detalles y las manchas,

hace que la tierra vuelva a ser completa.

 

III.

Oda a las nubes

O cielo de granito, trágate el ocaso

para que yo pueda saborear 

su luz en tu lluvia.

Hazme inseguro de la noche y el día,

de las estrellas y del cielo azúl infinito,

de todo lo que me enseñaron

a creer. Déjame sentir

los lugares donde tus gotas de lluvia

han caído, el rayo

que retumba en tu pecho.

O, florece

cielo de piedras, remoja

mi piel del desierto. Cántame una canción 

donde existamos tu y yo.

 

IV.

Finisterre

No soy rival para las rocas

y las olas furiosas de este lugar—

náufragos, hacedores de viudas—

pero mi cuerpo ha caminado por aquí

persiguiendo el sol hacia el oeste,

cuando su luz no estaba allí.

He aprendido la debilidad, he visto 

coches pasar volando a mi lado hacia las ciudades,

convirtiendo días en minutos,

me he enterrado en dolores

que suben por los músculos hasta la mente

punzadas y fatiga, pies doloridos—

y todavía, mientras veo morir el sol

en esta costa da morte, este extremo occidental,

mi cuerpo nunca se ha sentido más vivo.

 

V.

La Puesta de Sol

Miro fijamente un sol y lloro

la pérdida de los otros nueve,

de Faetón y Ícaro,

de quien era hoy.

Oro líquido que funde los mitos

en la mezcla—

el barco de un dios con cabeza de halcón

huyendo de un lobo,

alas ardientes y niños

perforados, carros y serpientes viciosas—

y ahora, mirando al atardecer,

yo también deseo que sea

algo más que una luz que se desvanece.