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Microcuentos para practicar los pasados

 

Érase una vez la luna estaba enamorada de un cometa. Cada día por un año veía la cometa con ojos de deseo, esperando que se acercara para que pudiera decirle como lo amaba. Un día la cometa se acercó demasiado al sol y se derritió. Por eso finalmente la luna se escondió y solamente sale en la noche porque el sol mató al amor de su vida.  (Patrick McLaughlin)

 

Érase una vez una familia.  Los padres eran espías pero los hijos no lo sabían. Cada día los padres trabajaban secretamente. Un día la mal gente sacó los padres y los hijos se enteraron del secreto. Por eso finalmente los hijos se volvieron espías y salvaron el día. (Shanlyn Tse)

 

Érase una vez hubo una escuela dividida en dos: los niños y las niñas.  Cada día los estudiantes estudiaban en las escuelas separadas. Un día las dos escuelas se combinaron en 1980.  Por eso finalmente la escuela ahora se llama Milton Academy y tiene seiscientos cincuenta estudiantes. (Selina Cheah)

 

Érase una vez una muchacha a quien le gustaba su teléfono. Cada día ella enviaba mensajes de texto y telefoneaba a sus amigos. Un día se le cayó el teléfono. Por eso finalmente el teléfono fue estropeado.  (Sarah Muse)

 

Érase una vez, había los Beatles. Cada día, ellos cantaban y tocaban. Un día, ellos llegaron a América en 1964. Por eso finalmente, ellos cantaron en Nueva York. (Kendall Hall)

 

Érase una vez había un equipo maldito. Cada Dia ellos perderían los partidos. Un día se decidió que la maldición era falsa. Por eso finalmente ganaron una Serie Mundial. (Connor James)

 

Érase una vez había una cantante que se llamaba Shakira. Cada día ella cantaba y bailaba en su escuela, en los restaurantes, y en el parque. Un día un productor de música que se llamaba Ciro Vargas notó su voz hermosa. Por eso finalmente ella comenzó a grabar con SONY. (Amy Kerr)

 

Érase una vez era una princesa llamada Ariel. Ariel nadaba en el mar siempre porque ella era una sirena. Un día Ariel bebió una poción mágica y se convirtió en ser humano. Por eso finalmente Ariel se casó con un príncipe humano. (Caitlin Greene)