por Jordan Stuecken (2024)

El agua es una necesidad para todas las personas del mundo. No solamente se necesita el agua para beber, sino también para cocinar, ducharse, y otros aspectos fundamentales de la humanidad. En “También la lluvia,” Daniel y otros indígenas protestan con mucha pasión y determinación. Para limitar el acceso al agua es para ejercer control sobre las vidas de los indígenas. La frase “El agua es vida,” significa que una vida donde las autoridades tienen control sobre sus derechos humanos básicos no es una vida que los indígenas desean vivir. 

Esta película es personal para mí, porque el verano pasado, fui a Perú en un viaje de servicio por dos semanas. Durante tres días del viaje, nosotros vivíamos en un campamento en un pueblecito de las personas quechua. Los indígenas tenían acceso limitado al agua, y necesitaban usar los cubos para llegar el agua de un pocito a sus casas. Fue un distanció grande y difícil. Durante nuestros días en el pueblecito, trabajamos para cavar una zanja larga por un tubo para conectar un nuevo pozo del gobierno a las casas de los quechuas. Para la gente quechua, el agua no solamente es para beber. Ellos plantean la comida que ellos consumen, y el agua es esencial para la agricultura. Si no tienen agua, no tienen comida. Cuando nosotros terminamos nuestro trabajo, las personas del pueblecito nos daban mucha apreciación. A mi me sorprende que el agua no sea una cosa garantizada por muchas personas del mundo. 

Los indígenas de Perú y de Bolivia no dan su agua por sentado. En “También la lluvia” existe una versión moderna de la conquista de los indígenas por Colón. Las empresas del agua usa la explotación para controlar a los indígenas. Es similar a como Colón controló a los indígenas con violencia y sobornos. Este es un buen ejemplo del pasado reflejándose en el presente.