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Comparando los sistemas educativos

Tenemos un problema grave. Después de ver la película obligatoria del verano, “Waiting for Superman”, pensé mucho en el estado de la educación de los Estados Unidos, específicamente en la capacidad del sistema educativo para enseñar lenguas. En Europa, casi todos los estudiantes salen del colegio hablando dos o tres lenguas con fluidez. Pero en la mayoría de los colegios en los Estados Unidos, un estudiante tiene suerte si puede mantener una conversación en su idioma elegido.

Una amiga mía, que vive en Ámsterdam, puede escribir, leer y hablar cuatro lenguas. Aprendió a hablar holandés en su casa de niña, inglés en la escuela primaria, alemán en el sexto grado, y español en la escuela secundaria. Cuando ella habla inglés conmigo, parece que estoy charlando con un hablante nativo de los Estados Unidos. Yo le pregunté cómo pudo aprender y recordar tantas lenguas y me respondió que la clave es aprender idiomas nuevos a una temprana edad y continuar estudiándolos en el extranjero.

Cuando se aprende un idioma de niño, se adquiere acceso a una parte del cerebro que facilita el aprendizaje de otros idiomas. Alguien bilingüe en su juventud almacena los idiomas en diferentes partes del cerebro que alguien que aprende dos idiomas de adulto. Según el Departamento de Lenguas de la Universidad de Washington, si una persona no está expuesta a un idioma en su juventud, él o ella nunca puede hablar el idioma tan bien como alguien que aprendió el idioma más tarde. Los estudiantes europeos tienen una ventaja—el aprendizaje de varias lenguas es parte de su plan de es- tudios desde la edad de seis años. ¿Por qué en EE.UU. no empezamos a estudiar un idioma en el segundo o tercer grado? En la escuela pública a la cual asistí antes de venir a Milton no se puede empezar a tomar clases de lenguas hasta el séptimo grado. Y por supuesto es casi imposible reponer el tiempo perdido.

Como mi amiga había mencionado, el otro problema del sistema americano de la enseñanza de lenguas es la falta de oportunidades para estudiar en el extranjero. En las escuelas públi- cas holandesas, los viajes extranjeros forman parte del currículo. Por ejemplo, los estudiantes de español pasan una semana o más viviendo con una familia española, su versión de nuestro intercambio pero obligatorio. Y las escuelas europeas animan a sus estudiantes a vivir en otros países para afianzar su conocimiento del idioma. Es común que un estudiante de la escuela secundaria viva casi todos los veranos en otros países y pase un año escolar en el extranjero.

Los Estados Unidos es el país mas diverso del mundo; el censo de 2010 revela que 30% de los ciudadanos de los Estados Unidos no son caucásicos, el mayor porcentaje en la historia del país. ¿Por qué no damos más importancia a aprender idiomas? Los beneficios económicos, sociales, y culturales de aprender otros idiomas son incomparables. Qué suerte tenemos de poder asistir a una escuela con un departamento de lenguas lleno de profesores capaces de compartir su pasión por la lengua, y que no estamos en una escuela que inhibe nuestro crecimiento académico. Qué suerte tenemos de tener oportunidades para ir, si queremos, a un intercambio todos los veranos. Qué suerte de ser estudiantes capaces de entender la importancia de aprender otros idiomas.

Anna Childress