**Ganador del premio de plata, votado por los maestros de español
Te divisé entre la muchedumbre;
Me parecías como una fuerza valiente y nueva
Y hacia mí tu vivacidad irradiaba.
Tengo que conocerte, necesito conocerte…
Sentí mi cuerpo flotando hacia ti con la atracción de un imán
o tal vez la del destino.
Allí estaba contigo, España.
Eras tan ajena, tan extranjera, pero al mismo tiempo
sentía una familiaridad innegable contigo.
Tu olor a jamón y a bocadillos, a croquetas y a morcilla,
a humo, a escape, y a vida,
Me sumergía en tu ser irresistible.
Empezaste a darme vueltas; girabas y girabas a mi alrededor
no te podía parar y tampoco quería.
Ese baile me dejó mareada como una borracha.
Estabas llena de intrincaciones y complejidades,
De “vale”s y “claro que sí”s y “te juro”s,
Y en las horas silenciosas, me contabas tus historias y sólo me dejaste con una opción,
enamorarme de ti.
Pero inevitablemente el reloj marcó las doce
y de ti me tuve que ir.
Pienso en ti en las horas solitarias y de angustia,
Encuentro trocitos de ti en mis amistades, en mi álbum de Melendi, en mi pulsera de Zaragoza…
Y el recuerdo caprichoso de ti me alivia.
Pues—España, mi mundo valiente y nuevo,
¿Me darías el placer de un baile más?