por Katie Cabrera, ’21
El programa de intercambio con El Pilar fue una experiencia que cambió la vida para mí y una por la cual estoy eternamente agradecida. Este viaje a España fue mi primera vez viajando después de más de 8 años desde que fui a visitar a mi familia en la República Dominicana. Yo estaba muy nerviosa porque yo sabía que la cultura española es muy diferente de la que yo conozco aquí en los Estados Unidos y la cultura dominicana que mis padres inculcaron en mí desde joven. Sin embargo, después de llegar mi familia española me recibió con mucho amor y me di cuenta de que teníamos mucho más en común de lo que pensaba. Algunas de las principales similitudes eran claramente el idioma porque también mis padres me enseñaron a hablar español, pero también la música y la comida. Algunos de las comidas muy similares a la comida dominicana que se compartieron entre nosotros fueron Arroz con leche, patatas bravas y empanadas. También, La mayoría de la música, los adolescentes escuchaban en Madrid era de diferentes lugares, principalmente América Latina y los Estados Unidos. Por esa razón, la música que escuchaba era esencialmente toda la misma música que yo escuchaba tanto en español como en inglés.
Aunque el grupo de Milton estuvimos principalmente en Madrid, también tuvimos la oportunidad de acompañar a nuestros estudiantes a la escuela y a varios viajes divertidos. Además, tuvimos la oportunidad de viajar a diferentes partes de España, como Córdoba y Granada en el sur y Segovia. Un aspecto del estilo de vida en Madrid que me encantó fue el orgullo que sienten en su cultura. Este orgullo se manifestó tanto en su ropa como en los accesorios que llevaban y también en las corridas de toros que son muy celebradas. Aun así, fue cuando este orgullo se convirtió en prepotencia y una noción de su superioridad que ya no era característica positiva. Por ejemplo, hubo muchos momentos en los que el orgullo por su país les impidió a estudiantes de El Pilar reconocer las faltas del pasado en España, como la esclavitud y la colonización. Es crucial que cualquier país se enfrente a su pasado para que puedan avanzar y trabajar por el mejoramiento de su sociedad. Esta falta de reconocimiento también causó esta tendencia común de los estudiantes de El Pilar establecer su dialecto español como superior a cualquier otro dialecto latinoamericano del español. Afortunadamente, no todos los españoles eran así, la mayoría de ellos estaban muy emocionados de que ya hablaba español debido a mis orígenes latinoamericanos, pero conocí a muchas personas que veían su forma de hablar español como la más correcta y válida. A pesar de esto, tuve la suerte de estar emparejada con una familia que era muy amable, de mente abierta, y dispuesta a asegurarse de que me divertía en España.