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Empleabilidad y educación en España

 

por Andrew Millington, ’24

 

No se puede hablar de la relación entre empleo y educación en España sin reconocer primero el severo aumento del desempleo en el país desde 2007. En sólo cinco años después de 2007, el porcentaje de la población que estaba desempleada aumentó en un 20 por ciento, lo que demuestra la inseguridad laboral del país. y un bajo nivel general de productividad. Sin embargo, como muestra la tabla, se ha mantenido más o menos igual desde entonces.

En la crisis de desempleo de España, es importante observar su relación con la educación para ver si la educación es o no el problema que causa la debilidad de la economía. Se espera que las personas inaudibles representen la mayor parte del desempleo, lo cual es cierto. Y también se esperaría que la proporción de desempleo disminuyera a medida que aumenta el nivel de educación, lo cual también es cierto. Los niveles más altos de educación deberían proporcionar a las personas habilidades de mayor importancia en la economía, lo que España parece estar haciendo de manera efectiva. Por tanto, no se puede concluir que la educación en España sea el principal problema de la crisis laboral española.

Lo que sí nos muestra la tabla, sin embargo, es que de todas las personas con un título de educación secundaria, las personas que tenían trabajo y ahora no lo tiene, ocupan una porción mayor del desempleo que aquellos que nunca agarraron un trabajo. Estas cifras plantean preguntas como: ¿es el problema la motivación de los españoles? O ¿Eran los salarios demasiado bajos? ¿Qué tenía el estado de estos empleos que hacía que la gente ya no quisiera trabajar? Quizás actualmente haya un problema con los colegios y universidades de España. Si alguien puede conseguir un trabajo, debería poder mantenerlo, especialmente con un título secundario. Quizás el plan de estudios universitario debería enseñar mejor a las personas con cualidades específicas para su trabajo. Reconozco que estas sugerencias pueden parecer un poco ambiguas, pero habilidades básicas como la comunicación, el trabajo en equipo, la gestión del tiempo o el pensamiento crítico podrían necesitar cierta atención en las universidades españolas. Además, el gobierno español podría valorar más las escuelas vocacionales, donde los estudiantes pueden aprender habilidades directamente aplicables a ciertos trabajos. Si el gobierno estudiará las áreas de trabajo que necesitan más gente y desarrollará planes de estudios vocacionales para esas áreas de trabajo, tal vez el sistema educativo español podría beneficiar a su fuerza laboral de manera más eficiente.