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Las fronteras de las ciudades privadas

 

por Jordan Stuecken, ‘23

 

Mientras las ciudades privadas traen seguridad, recursos, trabajos, y libertad de gobierno a sus habitantes, en el final, las ciudades privadas tienen más aspectos negativos que positivos, creando fronteras dentro de un país y aumentando la división socioeconómica. Es posible que los ricos dentro de las ciudades privadas estén contentos al empezar, pero con rapidez, la desigualdad podría resultar en una guerra civil que afectará a todas las personas del país. Las ciudades privadas no son justas para los desafortunados, y los inhiben para crecer sus finanzas personales. Para terminar con la pobreza en el mundo, los gobiernos federales necesitan prohibir la creación de ciudades privadas que ayudan a los ricos y excluyen a los pobres.

Las divisiones socioeconómicas dentro de muchos países del mundo son obvias con solo una simple mirada. Estas divisiones son literales y figurativas. En Buenos Aires, Argentina, hay fronteras de árboles entre las “villas miserias” y las villas ricas. Las desigualdades muy claras en Buenos Aires han resultado de la privatización en los años 90. La privatización contribuyó a la división grande entre los ricos y los pobres, y esta división preexistente está manteniendo un ciclo de disparidad. En Cape Town, Sud Africa, existe una división muy clara de seguridad entre dos áreas próximas. En el área pobre, aproximadamente nueve personas son asesinadas cada día, mientras que a veinte minutos fuera, reina turismo, dinero, y poder. La privatización de estos lugares ricos amplifica la disparidad entre ricos y pobres.

Las ciudades privadas proveen pocos beneficios a la clase trabajadora, sin embargo en Honduras, las ciudades privadas–empresas grandes–crean aproximadamente 6,000 trabajos para los nativos. También, estas corporaciones proveen recursos educativos, desarrollo económico, e independencia gubernamental a los habitantes de Honduras. Sin embargo, estas ciudades privadas no vienen sin problemas. Las corporaciones multinacionales en Honduras toman a los clientes de las empresas locales pequeñas. Una mujer, quien maneja  una empresa de costura, reconoce el impacto negativo de las corporaciones en su área. Estas empresas grandes reducen los precios de los productos y causan un incremento en los impuestos. Si los propietarios de negocios locales no pueden reducir sus precios, ellos saldrán del mercado. Adicionalmente, algunos de los nativos no pueden pagar los nuevos impuestos, por lo que aumenta la división socioeconómica dentro del país como resultado de las ciudades privadas.

Algunos residentes anteriores de ciudades privadas reconocen los problemas de estas áreas. En “La Zona” un residente anterior de una ciudad privada expresa las separaciones culturales, económicas, y sociales que ocurren con estas fronteras. El escritor se dio cuenta de  que los habitantes de ciudades privadas viven en un círculo privilegiado, y ahora, él se arrepiente de vida anterior. Aunque el autor tuvo una buena vida dentro de una ciudad privada, no puede estar contento con el estado del país fuera de la ciudad. Desafortunadamente, en este mundo, no puedes tener el conocimiento y el contentamiento. Los residentes ricos y privilegiados de una ciudad privada no conectan con el mundo exterior; esta falta de conexión y educación sobre las desigualdades fuera de las ciudades privadas perpetúa la pobreza en un país.

Las ciudades privadas pueden traer más recursos a un lugar. Estas ciudades tienen dinero, poder político, y una infraestructura de personas ricas. El problema es que muchas de las ciudades privadas preservan estos recursos para los habitantes dentro de las fronteras. Mientras las ciudades privadas en Honduras comparten los recursos educativos con los nativos del lugar, este ejemplo de conexión entre los ricos y pobres es raro con la estructura de una ciudad privada. Simplemente el nombre insinúa el principio de este concepto–no es para todos. En mi opinión, es un aspecto de vida necesario para estar excluido de algunas cosas. Sin embargo, esta exclusión se convierte en un problema injusto cuando un país se divide en dos partes con recursos y leyes desiguales. Esta división de las personas, las culturas, y los recursos dentro de un país podría crear un choque civil que el gobierno federal debería prevenir con regulaciones sobre la creación de ciudades privadas.