por Eva Westphal y Nathan Strauss
En el breve mes en el que Donald J. Trump ha sido nuestro presidente, los valores que han respaldado a la sociedad norteamericana por años están colgando de un hilo. Con la tasa de aprobación peor por un presidente nuevo en los últimos cuarenta años, no hay dudas que el presidente tiene que ganar la confianza de muchos alrededor del país.
Por nuestra parte, es obvio que Trump es una amenaza grave a la democracia norteamericana. Las acciones ejecutivas que ha firmado durante la semana pasada son tan destructivas que millones de personas han salido a la calle a protestar. Trump ha parado la entrada de refugios de siete países “musulmanes,” pero no ha hecho nada con los países en los que él tiene intereses por sus negocios. Aunque los EEUU siempre ha sido una nación hecha por inmigrantes de todo el mundo, el presidente ha creado una ley que prohíbe la entrada de inmigrantes a base de su fe, violando el espíritu de la Constitución. Siguiendo con el tema de inmigración, el presidente intentó quitar los “sanctuary cities,” algo que no tiene precedente.
Milton Academy es una escuela que suele ser liberal – es importante mencionar que somos un ejemplo perfecto de un “liberal echo chamber”, y que las opiniones que se expresan en nuestra comunidad son mayormente anti-Trump. Después de las elecciones, la comunidad reaccionó con indignación y conmoción – tanto como Nathan y yo – y pasamos casi una semana entera tratando de encontrar maneras de manejar las noticias. A medida que nuestro nuevo presidente ha comenzado a firmar numerosas órdenes ejecutivas, la semana de exámenes en Milton ha limitado las oportunidades que tiene la comunidad para expresar sentimientos ante las acciones de Trump.Varios miembros de la comunidad han mostrado indignación por las acciones del presidente, especialmente porque Milton valora a nuestros estudiantes internacionales por todo lo que aportan a nuestra comunidad. Imagínense un Milton sin diversas opiniones, sin aportes internacionales. El resultado sería una visión distinta de nuestra comunidad, sin duda.
Mi madre creció en Puerto Rico, influenciada por la familia de mi abuela colombiana. Ella ha reaccionado con tristeza porque siempre ha sabido el valor de la experiencia del inmigrante. El puro racismo de las acciones de Donald Trump sorprendió a toda nuestra familia, donde creemos que las nuevas ideas y el progreso solo pueden resultar cuando personas diferentes se extienden los brazos.
Muchas personas en Milton comparten estos mismos valores, y deseo escuchar las reacciones de mis amigos. Reafirmamos, como co-editores de una publicación de Milton, que estamos con los inmigrantes y lo que contribuyen a nuestro país.
Es obvio que aquí en Milton Academy, como en cualquier lugar, existe el prejuicio y la parcialidad. Somos una escuela que tiende a ser liberal, y no vamos a negar esta realidad. La administración ha hecho buen trabajo al asegurar que cada estudiante tiene una manera de decir y compartir lo que opine, y por eso les debemos dar apreciación. Pero sus acciones no tienen significancia si nosotros estudiantes no seguimos luchando contra las acciones de Trump. Tenemos que asegurar a nuestros amigos que son valorados, independientemente de su identidad, y tenemos que levantarnos para cada causa que se nos presenta. Si ambos liberales y conservadores luchan por lo moralmente correcto, el daño que nos aparecerá en los cuatro años que viene puede ser mitigado.