Por Cormac Ryan

Hace muchos años en un pueblo pequeño de México, hubo un hombre que se llamaba Xocochitle. Él nació en un familia muy pobre que vivió una vida sencilla sin la riqueza de los otras familias en su pueblo. Desde una edad muy joven, Xoco tenía una manera de conectarse con la gente y tuvo influencia en su sociedad. Un día, Xoco y su familia estaban comiendo la cena en su casa cuando oyeron un grito muy fuerte. Xoco corrió fuera de la casa y descubrió que hubo soldados del tribu Oxactl, un tribu muy malo y agresivo, y ellos fueron destruido el pueblo. Xoco sabía que necesitaba ser valiente y entonces él tuvo su espada y empezó a atacar los soldados. Después de seis horas de pelar contra sus enemigos, Xoco salvó el pueblo y su familia. Las personas del pueblo fueron agradecidos para las acciones del Xoco y decidieron que él podía ser su neuvo general del ejército.

En los próximos años, Xoco fue un general estupendo. Él pudo derrotar a cualquiera que quisiera y sus guerreros le querían mucho. Sin embargo, el dios de guerra, Pontepoxl, vió Xoco y tuvo celos de su poder en el mundo. Un día, cuando Xoco estaba en su casa con sus amigos, el dios Ponte apareció y dijo en un voz fuerte: “Oye humano, yo soy Pontepoxl, el dios de la guerra y yo soy muy poderoso. ¿Tiene miedo humano pequeño?”

Xoco respondió con confianza, “¿Miedo? Qué chistoso, hombre. ¿Sabe con quién está hablando? Yo soy Xocochitle, el hombre más poderoso del mundo y líder de la gente Mexicano. Yo puedo derrota a cualquier persona cuando quiero hacerlo. ¿Por qué está aquí en mi casa, hombre?

Ponte respondió, “Cuidado humano, no soy un hombre como tú, yo soy un dios, una forma superior que los seres humanos. Yo he estado mirándote por muchos años y cree que tu tienes demasiado poder para un humano.”

“Esto es rídiculo. Yo puedo tener poder si yo quiero tener poder, y no puede decir algo diferente, hombre!”

Ponte se dio cuenta que Xoco fue muy arrogante y decidió desafiar a Xoco y dijo, “Oye humano, no dudo que tú eres un guerrero muy valiente, y entonces, yo quiero luchar contra tú. ¿Aceptas mi desafío?

Xoco respondió con energía, “Claro que sí, hombre, yo nunca he perdido un pelea en mi vida. Vamos a mi arena de batalla ahora y yo puedo derrotarte  rápidamente.”

Y entonces, los dos fueron al arena para pelear. La lucha duró cinco horas y los dos pelearon fuertemente. Xoco casi derrotó a Ponte pero en el último momento, Ponte se cortó el cuello de Xoco y él murió. Sin embargo, Ponte se quedó impresionado con las habilidades de Xoco y decidió convertirlo en águila, la ave más valiente de todas las aves.